Es la cirugía para reparar un prolapso rectal o protrusión del recto (la última parte del colon) a través del ano.
El prolapso rectal puede ser parcial, cuando involucra solamente la mucosa, o completo, cuando involucra toda la pared del recto. Se puede presentar en niños pero es mucho más común en individuos mayores.
El prolapso rectal en bebés a menudo mejora espontáneamente y no requiere cirugía. Los niños con mielomeningocele y extrofia de la vejiga, así como los niños con fibrosis quística tienen un riesgo mayor de sufrir esta condición. Es muy raro que el prolapso rectal sea causado por diarrea aguda o por distensión al evacuar con estreñimiento.
El prolapso rectal es más común en personas de edad con amplios antecedentes de estreñimiento o debilidad de los músculos del piso pélvico y se presenta con más frecuencia en mujeres, en especial aquellas que tienen una histerectomía.
SÍNTOMAS
Los síntomas del prolapso rectal incluyen dolor anorrectal, sangrado, secreción de mucosa del ano e incontinencia. Los pacientes también pueden observar protrusión del tejido rectal en el momento de evacuar los intestinos y es posible que sea necesario empujarlos manualmente hacia el interior del recto. Esta condición se puede confundir con las hemorroides, pero realmente es muy diferente.
CIRUGÍA
La cirugía se requiere para corregir el prolapso rectal en adultos y en algunos niños y la mayoría de estos procedimientos quirúrgicos se hace bajo anestesia general; sin embargo, para pacientes de edad avanzada o enfermos, hay algunas opciones para utilizar anestesia epidural o espinal.
Existen tres métodos quirúrgicos básicos para reparar el prolapso rectal y el médico es quien decide cuál es el que se ajusta mejor al paciente.
Para pacientes médicamente sanos, el procedimiento abdominal es el que tiene las mejores posibilidades de tener buenos resultados. Bajo anestesia general, se hace una incisión abdominal, se retira una porción del colon y se puede suturar el recto al tejido circundante. Algunas veces, se coloca un pedazo de malla sintética alrededor del recto para ayudarlo a permanecer en su lugar. Este procedimiento también puede hacerse con una cirugía laparoscópica (también conocida como cirugía "telescópica" o "del ojo de la cerradura").
Para los adultos mayores o los que presentan problemas médicos, se utiliza un método de aproximación desde abajo menos riesgoso (método perineal), aunque con dicho método es más probable que se presente recurrencia de esta condición. Con el paciente bajo anestesia general, epidural o espinal, se puede tratar el prolapso rectal o el prolapso en el colon desde el piso pélvico (perineo), ya sea extirpando una porción del colon o suturando el recto a los tejidos circundantes o ambos.
Con los pacientes muy débiles o enfermos, se puede considerar la utilización de un pequeño procedimiento para reforzar los músculos del esfínter, envolviéndolos con una banda de malla suave o un tubo de silicona. Este procedimiento brinda únicamente un mejoramiento temporal y casi no se utiliza.
Para los niños mayores, la mayoría de los casos de prolapso no requieren corrección quirúrgica. En los niños menores de un año por lo general desaparece sin intervención.
En la mayoría de los adultos, se aconseja la cirugía para reparar el prolapso rectal, así como en los niños en caso de un prolapso rectal continuo que no mejore con el tiempo.
Los riesgos de cualquier procedimiento con anestesia son, entre otros:
Generalmente la cirugía es efectiva en la reparación del prolapso y las expectativas de recuperación a largo plazo son excelentes. El estreñimiento y la incontinencia se pueden convertir en un problema para algunos pacientes.
La permanencia en el hospital depende del procedimiento que se utilice: para los procedimientos abdominales abiertos, el promedio es de 5 a 8 días y es más corto en caso de cirugía laparoscópica; mientras que el promedio en caso de cirugía perineal (procedimiento desde abajo) es de 2 a 3 días. Se puede esperar una recuperación total en 4 a 6 semanas.